domingo, 25 de diciembre de 2016

La abertura de unas piernas.

Ya no se baña en el mar cuerpo de mujer..


Un pubis ensordecido ante una reclusión sin puertas,
A la fuerza sin salida
Pavor y semen
La secreción de todo lo seco y agotado
Tundra y genitales
Verbos y recreos estridentes y atronadores.
Aparecerá algo ancestral
Se reconocerán como lo que no se encuentra
Todo lo mismo tan distinto;
Glandes ausentes en el convite de la menstruación...
 
Escupieron espumarajos sadomasoquistas...
Proyectaron lo ilegal de la ablación.

Anidaré una matriz como salvamento de lo lascivo;
Con la lengua; un hecho lúbrico.

3 comentarios:

  1. Tiene que existir un lugar dentro de esos baños púbicos, en el mismo esoterismo de las aguas, en el que la belleza pueda saciarse de un confín. Algo abrasivo como el amor y una extraña pereza en la lascivia, para detenernos con amplitud en la abundancia del paisaje.

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  2. he de decir que siempre consideré aspecto extraño todo aquello relacionado con el abismo de las extremidades inferiores tanto del hombre como de la mujer... un aparato reproductor en desorden puede ser caótico en cualquier soberanía reproductiva o momento de placer...

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    1. Y eso que los nuestros aparatos se guían por una ética existencialista a todos los niveles, de tal forma que se circunscribe al instinto. Yo creo que hay hermosos seres abisales en las profundidades de un calzón y que cualquier desorden se puede vivir con satisfacción.

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