viernes, 17 de febrero de 2017

Costumbrismo: Hielo y Calzoncillos; Amos y no Señores...Colgajos y Medallas.

...La noche amaneció cruel y el invierno veraneó temprano.

He descubierto una paz inusualmente testificada...he descubierto que las corbatas también tienen pedigrí, por aquello de los cuellos a los que se anudan; ya se sabe que prolongación y genitales descifran una misma raza.
Cuando la costumbre sí es lo que aparenta ser, la mesa no se desnuda, enfurece:
Recuerdo cadera y pelvis antojadas a contrarreloj golpeando el tablón astillado en el que un día se congeló cualquier amante furtivo.
Supo sacudirse frente a pronombres huérfanos de otras pieles... la ausencia del roce, del tacto, de una insinuación lubricada para la propia autosatisfacción ajena al acto de la autocomplacencia y el gargajo de una mala educación.
El insomnio sexual pasó factura, un coste barato para la alta gama de cabeceros maltratados y hostales indecisos.
...Fue entonces la prostitución del hielo, lo que hizo desvestirse a un ser inerte y no inseminado.
Aún hoy siguen palpitando prepucio y glande,
Sacudidas y campanadas...
Lenguas que no lamen el trapecio de lo virginal.
Lo que se asocia a una vagina casamentera.



viernes, 3 de febrero de 2017

Cañí

Será la falta de tu orgasmo la que me repercute, una droga recetada que no le conviene al mundo; estoy segura de que sigues siendo llama e incendio, dolor y caricia, y te aseguro que hacemos grandes esfuerzos por no nombrarte, si yo lo hago, que sea bien, porque se da por hecho que el resto no.
Si me vieras, si te viese, dirías que me ha crecido mucho más el pelo, como a tus mujeres, entre palmas y flamenco.
Si te viera seguiría muriendo de miedo, te amaría como siempre, te odiaría como intento hacerlo.
Sigo con las rosas, siguen en ellas cautivas, siendo tres, como fueron...
No hay nada muerto en mí, sólo yo, sola yo ... te encantaría.
La jaula dicen que se borra y en cada una de las 24 h yo respiro menos, más presa...
He soñado con la remisión, volverme fugitiva y encadenarme a tu libertad provisional, vomitar si hace falta fandangos, construirme una tumba ante la pestañí.
Quiero disolverme en el viento para sentir que ni tú ni el aire me hacéis falta; aún la penetración sigue siendo herida cuando no existe, cuando tú, por ningún bien te ausentas.
Reclamo ante lo inexplicable el regreso porque, esto es fuego, y como fuego... ¡quemas!

Tiroteo-

[...]  II  -ABROJOS

Mucho tigre carnicero,
bien enguantadas las uñas,
y muchísimas garduñas
con máscaras de cordero.

La poesía con anemia,
con tisis el ideal
bajo la capa el puñal
y en la boca la blasfemia.

La envidia, que desenrosca
su cuerpo y muerde con maña;
y en la tela de la araña
a cada paso la mosca...

¿Eres artista? Te afeo.
¿Vales algo? Te critico.
Te aborrezco si eres rico,
y si pobre te apedreo.

Y de la honra haciendo el robo
e hiriendo cuanto se ve,
sale cierto lo de que
el hombre del hombre es lobo.

III
No predico, no interrogo.
De un sermón ¡qué se diría!
Esto no es una homilía,
sino amargo desahogo.
Si hay versos de amores, son
las flores de un amor muerto
que brindo al cadáver yerto
de mi primera pasión.
Si entre esos íntimos versos
hay versos envenenados,
lean los hombres honrados
que son para los perversos.
Y tú, mi buen compañero,
toma el libro; que en verdad
de poeta y caballero,
con mis Abrojos no hiero
las manos de la amistad.

Rubén Darío

miércoles, 1 de febrero de 2017

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Había casi decidido no escribir a ciencia cierta diario de peripecias, rutinas, llantos o cotidianidades propias a mi persona, por lo menos durante un tiempo... estuve valorando con qué tipo de escritos es más recíproco el lector/A o el escritor/a vecino/a, amigo/A y rival (sí, no vamos a ser hipócritas; entre los/as que cultivamos las letras siempre existe una profunda y abismal omnipotencia por aquello de destacar ya sea hasta en el más conocido de los anonimatos...hay que reconocerlo, somos inconformistas y competentes) y si con esto también he de sincerarme lo haré sin ningún pudor... me resulta en ocasiones indigesta la lectura de aquellos escritos tan extremadamente decorados de esa imaginaria fidelidad amorosa, empalagosa... lo correcto sin dudarlo llega a manifestarse como colapso de lo inoportuno: a mi modo de ver, y juzgar ante mis gustos y opiniones personales, no sirva esto de imprudente crítica ante nada ni por nadie... cualquier minúsculo esfuerzo por encadenar letras ya es digno de alabanza, vaya esto por delante.
De cualquier modo, y aunque para algunos y para muchas casi 26 bragas vayan a ser cumplidas en mi cajón de nacimiento este mes sirvan de poca experiencia ante la lingüística y la capacidad literaria, siento decir que mucho es el camino ya recorrido por editoriales, periódicos, radios, diarios independentistas nacionales, suplementos, reconocimientos, tertulias y otros menesteres que atañen a la creación pero que tampoco hoy ni ahora son cumbre ni cúspide para especificarlas... ya tendré tiempo para recrearme, apuntar o lamentarme, serán ustedes los que juzguen cuando muestre esas versiones.
Preámbulos sin importancia, vuelvo al principio y continúo con lo que anteriormente decía... son las cinco de la tarde, el insomnio casi crónico me sirve de soga y la ansiedad cada vez somatiza y se agudiza en mí,desencadenantes por momentos difíciles de controlar... dieron las cinco de la madrugada y ya estuve debatiendo con el colutorio y su sensación de frescor bucal, poco después y para mermar la angustia, esa tolerancia de toda mujer por tapar alguna que otra imperfección pasajera facial y comenzar a aplicar ciertos "potingues" en el rostro, me adornaba.
Lo crean o no volví con desánimo aunque agotada al lecho del colchón, pero de nada sirvió, las crisis de ansiedad no piden permiso, así que regresé para  dotar a las frías baldosas con la presencia de estos pequeños pies que no sé a quién corresponden con mi 1,73 cm de altura.
Hice tiempo, sentí llegar al estómago todo menú diario de medicinas y algunos placebos... y con esas me dispuse a barrerme entre la lluvia madrileña, sin no olvidar mencionar mis dos dispositivos telemáticos, que para ser precisa... mejor recluirse en el hogar antes que esperar la efectividad de uno de ellos, cualquier instancia, calle, cruce, rincón o gran almacén servirá para alertar de que algo está pasando y se está considerando incidencia, peligrosidad o delito, ya sea para la víctima o para el agresor, en el caso de que funcione correctamente y "los del otro lado" extremen precauciones y vigilancia para avisar de manera instantánea, lo que en demasiadas ocasiones no ocurre o si pasa será erróneamente... como "anécdota" acudí a uno de los comercios e instancias de la compañía Movistar y frente a la buena conexión de estos establecimientos, mi dispositivo empezó a pitar con señal alarmante, lo que me obligó a salirme fuera del lugar ante la mirada atónita de todos los comerciales y usuarios que allí se encontraban...sonreí, ya me acostumbro... es la muestra del día a día de la V.G que nos recuerda a ambas partes el proceso en el que estamos involucrados y sumergidos.
Pese a ello y aún haciendo estragos la falta de sueño, presiento que hoy será una tarde-noche en su compañía, la de ustedes... aquellos/as que  muestren un poquito de su atención, que compartan un poquito de su tiempo, aprecio, desprecio también, lo acepto :) ... sea lo que vaya a ser... la presencia se agradece:)

Es Febrero: Soy Yo.



"Con el tiempo aprendes la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de alguien y encadenar un alma" JLB.

..Algo que Ladrar

Cuando la sangre es perpetua
Adorna
Siempre al pie de una tumba
Contempla
Se halla en el paseo de hayas, coronas y ofrendas
Entierra
Le sonroja lo perenne de la hoja
Una brisa caduca

Ópalo o Aguamarina...iris de clítoris y jauría de la sed, del hombre...

En la arista de su almacén insiste la historia, vive en la desventura... el candado de la mejilla.
Sacerdotisa al pie de la nieve, congelada, huérfana, enferma. Tuvo más de lo que ahora posee, y eso es nada, aislada ante el claustro de arlequines y títeres sin modestia, con olvido, autista de lo de ella.
El río padece de su fiebre y se ausenta en la desembocadura de cualquier aliento y esperanza: se derramó en las noches de guerra e inexistencia, desenterró paisajes eclesiásticos.
Suda en sus manos el desgaste de una cuerda tal vez invisible.
La posibilidad de saber que existe una tardanza en lo que se consagró.
Volver a la lengua, arder enjaulada.
Por mucho que en el techo se solidifique un mismo llanto.