-¡Pero encima de mí!- ordené.
Todo está cabrón, ¡cabrones!
(Sistemáticamente expresión venida de, para...)
-Menuda picia existe en algunos coños- murmuró.
Un lenguaje nada chabacano...persuasivo, seductor... -lo creía-
Mimetizado con la mística de lo eternamente exagerado:
La yegua, la trotadora.
Realmente:
Desear la imprudencia de que alguien se asegure su estancia en mí.
¿Todo es polla, coño, o lo imponderable de los mismos?
ResponderEliminarAnatomía sideral con vientos huracanados... no sé si tan desconocido o imponderable, pero sí a veces ornamentación carnal de propio sistema y hallazgo con o sin sentimientos.
ResponderEliminar-¡La decoración absoluta es la polla... qué digo, coño!- Es todo lo innecesariamente necesario.
:)
*Sin embargo no todo es penetrable o con posibilidad a ello.
ResponderEliminarReducirlo todo a la regla de dos? Cuál sería la regla de tres?
ResponderEliminarx, y? ...a lo sumo... tres quizás mayoría o tal vez exceso de ausencia par.
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