domingo, 1 de enero de 2017

El peso de una vida.

He forzado letras y cadenas
Cuando sentí frío los inodoros, las bestias
La fuerza que en un descampado escandaliza
Se cerraron las grietas, gritó la cigarra.
Anoche hablamos de drogas y tormentas
Un asesinato y un impulso,
Ciega la cerradura abierta.
Nadie se atreve ahora por los labios
Bocas menguadas de seca hierbabuena;
Vaga es la espada que aguarda el momento,
La orina, calurosa, no es agua.
Tuvo miedo hacia el método y su desesperanza,
El gato descalzo no es manso
La muerte no enfría ni desgasta.
Despoblé mi alma, sangré peldaños.

8 comentarios:

  1. Yo soy fotógrafo, y por ella te aplaudo.

    L@s herudit@s de las palabras quizá también aplaudan tu catarsis delirante.

    Un beso.

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  2. "Min" gracias, aunque en esto de "selfie" me suele temblar el pulso ... ¿para cuándo una sesión.book en condiciones y de la mano de la técnica y experiencia del calibre de un fotógrafo como tú? me dejo asesorar...
    Besos!

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  3. Visto lo visto es posible que a mi también me tiemble el pulso, pero se podría intentar con una caja de inhibidores de la conducta primaria de por medio.

    Los astros proveerán.

    Otro beso.

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  4. Quedo entonces a tu entera disponibilidad fotográfica expectante de esa sesión antagónica entre lo humano y lo "extraordinario". Pendiente de ese aviso!

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  5. La orina calurosa es agua bendita: imagina un hisopo y las palabras apropiadas para un bien.

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    Respuestas
    1. Hasta el "can" sabrá elegir sus esquinas para su buena micción.

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    2. Por lo tanto no debemos desconfiar de los "perros humanos".

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    3. Me fío màs de la propia orina,únicamente fluye.

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