Infame Fulgor omnipotente.

...elixir desdentado y otros malos dichos:

 Un calvario supremo, el viejo orden de la melancolía:

Voy a expandir todo un mar donde algunos pulmones se ahoguen.
Voy a llamarte cuando nadie sea capaz de salvarme.
En lo superficial del hogar me faltas.
Hay un suelo de hierba que se difumina al nombrarte.
Rechazo al sol cuando en opciones reluce la tormenta.
Con otras huellas vistiéndose de funeral he sabido de ti.
Cuando el gozo persiste en un arañazo de rutinas mentales.
Me postraré en una cama desordenándome el cabello.
Seguiré el canto de los aplausos vacíos.
Anoche quise rellenar espacios.
El asesinato deportivo me acobarda.
No necesito la cobardía de las calles.
La voluntad de un corazón que por dolor te ladra.
Un eco con esperanza de que no te marches.

Pertenezco al hallazgo de esos ácidos fantasmas que suscriben y afirman lo cruel de mi saliva y lo imprudente de mi acto.
Nadie volverá mañana para indagar sobre la fosilización de nuestras treguas o lo afilado de nuestras condenas.
Nuestro hoy no es nada, nada siempre es lo nuestro.
Encuéntrame donde las arañas tejen aquello que no se enreda.
Sálvate!
... ¡comulga!.