cuando creí que en estos momentos serías tú el que podría escurrir mis lágrimas.
Ahora te despides y me abandonas para salir corriendo en un incendio forestal:
amaba tu forma de sonreir en la distancia y puede que tu huida haya sido demasiado infantil.
Esperaba una llamada, después de toda esa mierda que compartíamos... nuestros padres y sus cuerpos...ya muertos para el resto y almacenados en nuestras propias terapias como la pandemia invencible que pocos viven o padecen.
Parece que, intentas aparentar y nunca hubiese apostado por ese nuevo corazón tuyo,
será otra tu nueva ruleta rusa que te haga experimentar,
la carne y el sudor en las noches vacías,
la encía sangrante de un contacto pasional...
Me enseñaste a dejar de tener frío,
cuando yo pensé que te había quedado claro lo solitaria que difuminaba a mi pensamiento,
y el cubo de hielo que jamás permitía derretirse.
Cuando te volviste equilibrio y necesidad en mí...
todo un mar a sus anchas,
segregaba saliva caduca frente a un llanto perenne.
Háganle saber,-¡lo imploro!-... más de lo que nunca sabrá;
más de lo que nunca quiso amar y lo supo...más... sin desnudarme la voz como mujer;
y este pensamiento que desliza versos y en los que no suelo permanecer.
Además de otras consideraciones, fluye con sinceridad!!!
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