pues yo por más que la observo no la reconozco de nada.
He desarrollado ante una soga al cuello,
más mis palpitaciones competían en carreras;
estrambóticas,funambulistas,caducas, y en llamas.
Me han abierto de piernas,
y las perlas tan húmedas lloraban...
Nos han acuchillado hasta los andares, que rumorean,
somos siamesas y cerdas...
Nos han molido el mentón como ausencia de castillos,
porque afirman temer que seamos reinas.
Ahora que caigo en cuenta,
Es sencillo:
Se creen poder amortizarnos la herida a dichos efectos como mujeres.
NO SOMOS REHENES.
-¡Hembra,no tiembles!- estallará el timbre del varón que no quiera perpetuarse con negligencias.
Alabada sea nuestra muestra y nuestra carne,
Existencia,cielo,mudanza,victoria y tierra.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar